LA NADA Y EL NO-LUGAR
Irene de Andrés relata, a través de
fotografías, noticias de prensa y objetos simbólicos, la historia de este
peculiar espacio que no llegó a convertirse en el templo del ocio que pretendía
ser y se transformó en un longevo monumento a las utopías frustradas del boom
turístico e inmobiliario que ha marcado el paisaje de las islas en su
integración con la sociedad global de consumo. Ibiza, mundialmente conocida
como un destino de diversión nocturna, estableció sus vínculos con la red del
turismo internacional a través de la atracción que ejercían las grandes
discotecas, con sus promesas de fiesta, sexo y desenfreno. La propia isla se
convierte así en un espacio de ocio, percibida por muchos de sus visitantes
como un lugar ajeno a la vida cotidiana, sus normas y limitaciones, un sitio en
el que sólo se concibe la diversión. Las discotecas, como recintos social y
legalmente designados para la fiesta, definen entre sus paredes el ámbito en el
que tiene lugar la supresión de las inhibiciones que marca la rutina diaria.
Los espectadores pueden ahora recrear e imaginar este espacio doblemente vacío (puesto que nunca se completó y ahora no existe como ruina) a través de los elementos que Irene de Andrés ha dispuesto en la Zona Base del Casal Solleric. Su mirada completará el encuadre con el que la artista ha propuesto una reflexión sobre la realidad cotidiana de su tierra natal.
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